jueves, 29 de marzo de 2012

Marzo ventoso.

El viento está empeñado en secarme el alma. Aúlla al otro lado del cristal, dispuesto a asolarlo todo. Quiere tirar de los arboles, que bracean queriendo aferrarse... ¿a qué?. Levanta la tierra reseca hasta llenar con ella los ojos llorosos. Hace que todo se incline a su paso, a sus pies. No hay rincón que no domine. Que triste me ha parecido siempre el viento, tan solo, que silba, ruge, grita, buscando atención. Y cuanto más porfía, con mas ganas le damos con la puerta en las narices. Lo cerramos todo a cal y canto, para no oírlo, para no sentirlo. Él sigue ahí, justo ahí, fuera, esperando la más minina rendija, el más pequeño resquicio, para colarse dentro. Está al otro lado del cristal, pidiéndome que salga, dice que sólo quiere entretenerse un rato, en levantarme la falda y en enredarme el pelo.

martes, 13 de marzo de 2012

Y en la noche fría...

Y en la noche fría de invierno, con la luna llenando de plata las hojas del verde olivo, con el hielo de la escarcha cubriendo la tierra del olivar, se oye, el crujir de sus pasos al caminar.
Con la cabeza gacha y sin rumbo fijo, un paso tras otro sin detenerse, no sabe hacia dónde camina,sólo sabe que no quiere, que no puede, que no debe parar.
Lágrimas le queman el rostro, ¡Y como duelen! las que aún están por derramar.
Ni una sola vez ha vuelto la vista atrás, ¡Ni una sola!.
El corazón le golpea con fuerza en el pecho,galope de caballo desbocado que nadie monta.
Lucha sin vencedores ni vencidos, sólo alguien que marcha, con el alma rota.
Y en la noche fría de invierno se alejan sus pasos, haciendo crujir la escarcha que cubre la tierra; del olivar.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Desilusión.

He perdido la ilusión.
Sé que dicho así parece una tontería, y a mi edad... qué más da cuantas ilusiones se puedan conservar. Ahora mismo no tengo ninguna, nada, no hay nada que me haga la mas mínima ilusión. Creo que el ser humano se alimenta también de sueños y esperanzas, de puras ilusiones. Que eso lo mantiene en pie en los momentos duros. La ilusión de que aquello que espera suceda, sea lo que sea, desde vencer una enfermedad a encontrar trabajo, lo que sea, cualquier cosa que se pueda llegar a imaginar.
Sólo tenía una, y creo que no tengo que explicar cual era, y bueno, no es que haya cambiado nada, y quizá precisamente sea por eso porque no ha cambiado nada. Porque yo esperaba que sucedieran cosas, no ahora, no mañana, ni siquiera el año que viene, mis esperanzas y mis ilusiones estaba puestas en... algún día. Y él dijo que no lo esperase. No me ha dicho que no me quiere o que no desee verme, sólo que, no espere nada.
Ni siquiera creo que lo dijese con mala intención, pero ha sido una bofetada cruel de realidad, y sé, que no sabe siquiera que me la ha dado.
Matando mi ilusión me ha roto el corazón.
Se resquebraja, todo se desmorona poco a poco a mi alrededor, y él, ni siquiera lo sabe.
Matando mi ilusión han muerto mis ganas de luchar.
Yacen en ese campo imaginario de batalla, donde tantas y tantas hemos librado, donde incansable me he repuesto una y otra vez, ahora...ya no hay motivo para batallar.
No sabe lo que ha hecho y... no puedo decírselo.