miércoles, 12 de junio de 2013

martes, 11 de junio de 2013

Quieres que te lo cuente otra vez?

Estoy bien, bastante bien, aunque en estos casos el dolor siempre viene después, cuando se hace patente la realidad.
Cuando los días pasen, y no sea sólo una de sus ausencias.
Cuando lo vea llegar, y ya no se quede enganchado a mis ojos.
Cuando el teléfono jamás vuelva a sonar.
Cuando su nombre  no aparezca en negrita en la bandeja de entrada de mi correo.

De todas formas he de decir que lo último, aún no ha sucedido. Sigue escribiendo casi cada día, y yo, sigo contestando a todos sus correos.
Me cuesta descifrar lo que en realidad quiere decir en ellos. Se esconde detrás de sus palabras favoritas...no puedo.Y me permití escribirle, porque de perdidos al río, que hace poco más de una semana se presentó aquí, en mi casa, en mi puerta, a media mañana. No tuvo miedo, no pensó que no podía, sólo pensó en lo que en ese momento quería. Y que aunque le pese, lo que quería, lo que buscaba, lo que necesitaba...era yo. Mira en tu corazón, y dime que hay.
Le aclaré, por si las moscas, que en ningún momento le estaba pidiendo que cambiase nada en su vida. Que siguiese adelante con lo que había elegido. Ha elegido rendirse, ni siquiera se ha llevado la mano a la empuñadura de su espada para luchar un solo minuto por mi.
Sé que a estas alturas puede sonar...a yo qué sé.
A lo mejor sin querer hacerlo, me estoy agarrando a un clavo ardiendo. No ha podido dejar de quererme en una semana. Yo trabajo donde hay medicinas y puedo asegurar que no hay nada para eso.
Ayer, tuvimos uno de esos momentos Lady Halcón.
Se detuvo a hablar conmigo, ni siquiera recuerdo ahora mismo sobre qué. Sólo fueron unos minutos, le dije que pronto me iría, que había pedido un permiso sin sueldo (Si, parece mentira tal y como están las cosas pero lo he hecho, aunque esa es otra historia). ¿Por qué?, preguntó. Me encogí de hombros, llevo mal los cambios, le dije, me crean inseguridades y ahora mismo ya no puedo con más. Estábamos muy cerca, él se resistía a irse y yo también. Yo no sé si lo que veo en sus ojos es real, o soy yo, viendo sólo lo que quiero ver.
Por la noche escribió..
Puede que no lo demuestre, pero me importas mucho cariño. No quiero soltarte (eso es parte de una vieja conversación), ni podría amor mío.

Estoy bien, gracias, muchas gracias a todas, la verdad es que no sé que haría sin vosotras. Estoy bien, pero como habréis podido comprobar después de leer esto...estoy también...hecha un lío...
O eso me parece a mi..

sábado, 8 de junio de 2013

Se ha acabado.

Quizá ha llegado el momento de dar por finalizado este bonito cuento. Poner fin a una situación que ya duraba demasiado.
Ha sido sus palabras, no las mías.
Las ha escrito, no me ha mirado a los ojos para pronunciarlas.

Para finalizar como Dios manda un cuento, el príncipe ha de mirar a los ojos a la princesa, decirle que ya no la ama, que no siente nada por ella, que no desea verla nunca más. Sólo entonces la princesa, puede que rota de dolor, desaparecerá para siempre de la vida del príncipe, tras mirarle a los ojos una última vez...
Sólo así, se puede escribir después la palabra...Fin.

Me temo que eso es lo que he escrito yo...

domingo, 2 de junio de 2013

¿¿¿¿¿Érase una vez...?????

Cuando sucede algo que no se espera, en mi pueblo, y supongo que todos los demás también, se usa esta expresión..."Y ahora, ¿Cómo le ponemos al niño?"
Recibí un correo.
"Siento haber estado tan ausente cariño. Quizá podríamos vernos el...."
El día en concreto era algo fuera de lo habitual, pero dada las circunstancias.... 
No me ha contado que pasó, no quiso entrar en detalles. No me ha hablado de cómo queda nuestra situación, no le ha dado tiempo, y la verdad, tampoco he preguntado. Ha sido conmigo como cualquier otro día, pero con algo más de prisa.
Tenía la excusa perfecta para dejarme, la salida despejada, la puerta mucho más abierta que nunca. Podía seguir con su vida y sacarme de ella, yo no le hubiese puesto obstáculos, y creo que él lo sabe. Le escribí, es cierto, pero sólo para interesarme por su estado de ánimo. No le ofrecí alternativas desesperadas tratando de que no me dejase. No le rogué que me viese. No he suplicado ni enaltecido nuestro amor hasta hacerlo parecer imprescindible. Sólo dije que si quería hablar conmigo de lo sucedido,  lo escucharía y trataría de ayudarlo como había hecho siempre. Era su oportunidad de librarse de mi amparándose en lo mal que dice que lo ha pasado. 
¿Por qué no lo ha hecho?
¿Final o principio?
¿Hemos pasado a otro nivel? 
¿Una partida gratis?
¿Reinicio?
¿Alguien tiene una explicación razonable?



viernes, 31 de mayo de 2013

(....)

Las tres tenéis razón, toda la razón.
Nunca lo había mirado desde el punto de vista de Lady Tea. No se me había ocurrido pensar que toda la culpa no era mía.
Me gritó, y no lo había hecho nunca.
Le pedí que se calmara y que me escuchase, que no había sido para tanto. El miedo es imprevisible, nunca se sabe la manera en que nos hará reaccionar. Sí, creo que lo más adecuado hubiese sido que repitiese la llamada algo más tarde, y en caso de no pedir perdón al menos si para explicarme que había sucedido.
Está asustado, tanto que no se atreve ni a escribirme. Le da miedo enfrentarse a mi y decirme que ya no quiere verme más. ¿Por qué? Pues no lo sé, igualmente puede ser que no quiera perderme del todo, que no quiera hacerme daño, o vete tú a saber...puede que simple cobardía. Aunque lo que realmente lo aterroriza no soy yo.
Lo he visto esta mañana, al amanecer, como tantas veces. Apenas me ha mirado, sus ojos no han buscado los míos, su mano no ha acariciado mi cara para mostrarme el frió que hace fuera, no se ha sentado a mi lado a tomar café, ni una sola sonrisa...He dicho buenos días y me he marchado, sin mirar atrás, pero he oído a los demás decirle que se le derramaba el café.
No voy a perseguirlo, eso puedo asegurarlo, pero no me moveré, no puedo, ahora mismo no, soy una roca ¿recordáis?.
Aún no sé...nada.
No seguiré justificándolo, aquí no hay inocentes.
Si me atreviese le pediría una cosa. Siempre que le preguntaba que era lo que quería, solía contestarme que no era el momento de tomar decisiones, que no lo obligase a ello. Si me atreviese le pediría que se sincerase consigo mismo, que no cambiase nada en su vida, pero que fuese sincero por una vez con sus sentimientos. Así al menos sabría a quién quiere y a quién no.
Una vez le pregunté si la quería.
Supongo que sí, me contestó, por eso estoy con ella.
Y si eso que siente por ella es amor....¿Qué hacía conmigo?

Yo ya vivía sin él, y él, vivía sin mi. Puede que ni siquiera nos necesitásemos. Puede que no hayamos existido. La única prueba de mi existencia en su vida son unos miles de correos, me hará desaparecer con un simple clic de ratón.

Lady, yo suelo reñirle a quien mas aprecio si creo que lo necesita. Puedes hacerlo cada vez que creas que es lo que me está haciendo falta. Gracias.

jueves, 30 de mayo de 2013

Se ha...

Su silencio me destroza.
Hubiese preferido mil veces una muerte rápida a esta lenta agonía.
Esta mañana le escribí un correo, aunque no pueda saber si lo lee o no. Tiempo, el tiempo calmará las aguas revueltas hasta hacerlas parecer un espejo.
Si me quieres, esperaré, escribí.
Ya lo hemos hecho antes, meses sólo escribiéndonos, y no nos queríamos menos que cuando podíamos vernos. La circunstancia que hace ahora imposible un encuentro, cambiará, en unos meses, bastantes, pero sólo es tiempo....
No lo envié del tirón, lo guardé, como he hecho tantas veces con tantos otros.
No lo enviaré, para qué. Si aceptase lo único que conseguiría son meses de angustia, de no saber, de desangrarme derramando sobre el papel todo el amor que siento por él. Cuando pasase ese tiempo, volveríamos justo a lo que hemos tenido hasta ahora. Encuentros apasionados y breves, siempre demasiado breves. A su miedo, y al mio. A querernos a escondidas, a mirarnos desde lejos, a esperar...y esperar... y esperar...
En mi trabajo vemos morir a personas. Algunas veces sentimos cerca su final, vemos como la familia, o como parte de nosotros se resiste a dejarlo ir. Mantienen a la fuerza una vida que se escapa, que ha llegado a su final sea este justo o no, sea o no sea su momento, el fin ha llegado. De nada sirve arrancarle a la muerte unos días, unas horas, alargamos el sufrimiento. Mi amor nunca tuvo futuro, murió apenas tenía unos meses de nacido. Lo arranqué de esa muerte segura muchas veces, le insuflé tanta vida como pude, dándole la mía propia. Si a él le importase...sería él quien al menos me pidiese ese tiempo. Siempre ha sido mucho mas practico que yo.
Me queda la conciencia tranquila, de haber hecho siempre todo lo posible, de haberle dado lo que podía y lo que no podía. Me queda la conciencia tranquila de haberlo amado sin condición alguna, de haber sido todo lo generosa que soy capaz de ser. Me queda la conciencia tranquila de haberle ofrecido mi vida entera, lo que soy y lo poco que tengo. Me queda la conciencia tranquila de haber hecho que se sintiese feliz a mi lado, los pocos momentos que pude tenerlo cerca, y hasta los que no lo tuve.
Fui yo quien se equivocó esta vez, pero yo he perdonado siempre...sin cuestionarme nada...
Hace casi una semana....hasta cuándo va a esperar...


miércoles, 29 de mayo de 2013

Este cuento...

Esta vez no hay manera de continuar.
Para que eso ocurriese él tendría que elegir, y ya eligió, hace mucho, y la elegida no fui yo.
Ha sido mi insistencia, mi empeño en seguir a su lado lo que ha mantenido esta "relación" durante casi tres años. La solución sencilla es eliminarme de la escena. Nunca pondría en riesgo esa vida perfecta que cree llevar para mantenerme con él. Sea lo que sea lo que tiene, le falta algo, lo que buscó en mi. Yo desapareceré,  porque lo haré totalmente, no tendrá que volver a verme ni a hablarme. No volveré a escribirle, no volverá a leerme, y los momentos Lady Halcón ..esos..son tan fáciles de evitar que no sucederán nunca más.
Ayer existía....hoy ya no.
El dolor vendrá con el tiempo, y ese mismo tiempo se encargará de ir borrándole de mi memoria. Ahora mismo no consigo dejar de pensar en él, de pensar que si no me hubiese adelantado dejándome llevar por la efervescencia de sus palabras la noche antes.... Hoy, precisamente hoy, nos hubiésemos visto, él habría sido mío y yo...hubiese sido suya. Tendré que recordar un ligero beso en los labios como el último que nos dimos.
Cometí un error, no sé si hace unos días...o hace unos años...
Aún sigo esperando...su adiós final...