Un problema familiar me ha mantenido, y me mantiene, muy ocupada. Tanto que no he podido terminar el taller de poesía erótica, pero tampoco allí me han echado de menos...
Te lo conté, y tú, queriendo ser respetuoso y no atosigarme(eso dijiste) te alejaste lo suficiente para no molestar. Te sorprendería quizá saber que puede que haya confundido tu excesivo respeto, con falta de interés por mi y por lo que sucedía a mi alrededor. A él, lo encontré raro y así se lo dije, no seas frío conmigo, entiendo que no sabes muy bien que decir, pero quiero saber que sigues ahí, eso fue lo que le dije. Él no se alejó, pero se sentía triste de no poder hacer nada, ni el lugar ni las circunstancias ayudaban y yo lo sabía. Poco a poco todo vuelve a la normalidad. Tú sigues... lejos, y él, cada vez más cerca.
He terminado mi "libro de relatos", pero no me atrevo a que nadie lo lea. Bueno, me he aventurado con mi hermano, a él le han gustado, pero no soy capaz de dejárselo leer a nadie más. Son sólo historias sin importancia, cosas que pienso, que imagino, que siento, quizá son tan mías, soy tan yo en esas palabras, que por eso me asusto. Y de todas maneras que más da, son sólo palabras...
En fin... pronto recuperaré la para mi sana costumbre, de vaciar un poco mi cabeza, otro poco mi corazón, y una pizca de mi alma aquí, dejando salir unas pocas de esas poco importantes palabras...
Bienvenida
ResponderEliminarBienvenida al palacio de la duda ,
a la casa del miedo.
Como echaban de menos tus pisadas
las baldosas del barrio.
"El hacha y la rosa"1993.
Me alegra reenconrarte.
Besoa
¿"Sólo" palabras? ¿No es eso antitético?
ResponderEliminarSiempre he pensado que cuando se escribe un libro con espíritu amateur, en realidad es imposible no escribir una autobiografía mal disimulada. Por lo menos es lo que me pasaría a mí. Claro que yo no he pasado por un taller de poesía erótica. ;)