Y lo consigo.
Sobre todo pasarme los días algo... encendida.
¿Cómo puedo leerte por la mañana y no pasarme el día deseándote, echándote de menos?
Eso me preguntas, y podría contestarte que esa es mi intención, que mi imagen no abandone tu cabeza en todo el día. Que recuerdes cada momento, que vuelvas a sentir cada caricia, cada beso, que te estremezcas recordando el placer.
La distancia es fría, y procuro que mis palabras sean cálidas.
Ellas son el hilo que termina trayéndote a mi.
Sean infinitos el hilo y la atracción entre los cuerpos que une.
ResponderEliminarQué bien suena... :)
ResponderEliminarpasarte el dia deseandolo... como no podrias? ni intentarlo, si al final las palabras terminan con la distancia.
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