La yema de mi dedo, acariciando el hueco que se forma al final de tu cuello. Despacio, con suavidad, sientiendo el latido de tu corazón justo ahí. Mis dedos recorriendo el camino del hueso de tu clavicula, la piel tersa sobre el, la dureza, la calidez. Mi mano bajando por tu pecho, jugando con el vello oscuro que lo cubre, aspero. Una caricia tierna sobre tu pezón y mi boca buscando la tuya. El silencio.
Y cuando las velas se apagaron... encendimos más.
Breve pero intenso y apetecicle. Eso es lo mejor!
ResponderEliminarBuscabas las palabras y las encontraste.
ResponderEliminar:)
Besoss
Espero que las velas sigan encendidas.
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