Le ofrecí tiempo y no lo quiso.
Lo"maldije" diciéndole que un día no podría vivir sin mi, y que entonces yo no estaría, que se le va a hacer soy así de fanfarrona. Sé que no le soy imprescindible, en realidad nadie lo es, y yo, mucho menos. No me necesita, y yo, quisiera que no pudiera respirar si no es en mi presencia. Algunas veces creo que acabaré odiándolo, sólo porque no me ha querido lo suficiente. Incluso le dije que era posible que ya no me interesara tanto, que había hecho una oferta y él había dicho no, y que yo, quería cambiar de aire. Fue entonces cuando me miró a los ojos.
Me dijo, quédate un poco más.
Y me quedé.
Nunca las entenderás , Te quedaste......como siempre......y el dolor volvió , y las cadenas te volvieron a atar.
ResponderEliminarUna pena.
Besos
He aquí la anunciada derrota de la razón.
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