jueves, 30 de septiembre de 2010

Mucho que aprender.

Soy una tonta que sabe que tiene que perderte, y que pensó que ya te había perdido.
Supongo que eso no es algo que una deba decirle a un hombre, pero, al igual que la protagonista del libro que estoy leyendo, tengo mucho que aprender. En el libro, ella le confiesa que ha pasado la noche llorando porque pensaba que no lo volvería a ver. Él se sonríe y le dice "¡Bendita seas! ¡Que lástima que tengas que crecer!" No es que sea una niña, pero apenas pasa de los veinte años, y él, le dobla la edad. Eso sucede en Rebecca, de Daphne du Maurier. Ella avergonzada, piensa que las mujeres que confiesan esas cosas a lo hombres, aún debe quedarles mucho por aprender.
Yo, le doblo a la edad a esa jovencita, y aún no he aprendido, soy... ¿demasiado natural?
Suelo serlo en casi todo, a algunos les sorprende, que precisamente a mi edad, no use maquillajes, o visite poco la peluquería, o que las modas sean para mi... algo que está en los escaparates. Cuando abro el viejo baúl de mis sentimientos, salen en un torrente incontrolable, lo sé, sé que eso no debería ser así, por mi bien, pero...
Cuando digo te quiero, lo hago con el corazón en la mano, entregándolo, regalándolo, y la mayoría de las veces me lo devuelven maltrecho. No tengo edad de enamorarme como una jovencita, pero el amor es el único deporte de riesgo que me atrevo a practicar. Una vez más, soy una tonta, que confiesa lo que siente, y que sabe que desde ese momento... ha comenzado a perder.
Con lo guapa que estoy calladita...

La poesía erótica está siendo un desastre. La lectura del Kama Sutra resultó en cierta manera interesante y me confirmó eso de que el órgano sexual que hay que excitar es precisamente el cerebro. Susurrar al oído de un hombre, lo que has estado leyendo esa mañana, resulta ser muy estimulante...

2 comentarios:

  1. Todos los días aprendemos y nunca se aprende.
    Yo, particularmente, lo prefiero así.
    De otro modo, según avanza la vida ya lo sabríamos todo.

    ResponderEliminar
  2. Maldita obra maestra, la Rebeca de Hitchcock.

    ¿No quiere todo el mundo sentirse joven de espíritu, como tú? :)

    ResponderEliminar