jueves, 25 de octubre de 2012

Mi silencio.

La única manera de conservar un secreto es no hablar con nadie de el. De todos es sabido que el mejor amigo es el silencio.
Vosotros sois mi silencio, este lugar lo es, el guardián, los guardianes de mi más oculto secreto.
Nadie sabe, más que vosotros, lo que siento o dejo de sentir, lo que lloro o dejo de llorar, lo que amo o dejo de amar. Conocéis una parte de mi que le niego a cuantos me conocen, incluso a él, porque vosotros sois depositarios de mis anhelos, de mis reproches,  de mis ganas de gritar, de mis gritos, de mis suplicas, de mis días de rendición,  de mis caídas y mi vuelta a poner en pie. Me sabéis queriendo vencer, me sabéis perdedora. Sabéis lo que me pregunto y lo que me respondo. Aquí encuentro el aliento, el consejo, el calor, el abrazo.
He llegado a la conclusión,  y a mi no me parece algo triste, que los que pasáis por aquí habéis terminado siendo, mis mejores amigas, mis mejores amigos; mi silencio.

viernes, 19 de octubre de 2012

Tiempo que ha de pasar.

Siempre pienso que se me acaba el tiempo.
Quizá porque mi padre murió joven y me acerco sin remedio a la edad en que sucedió, y yo, no puedo retirarme de los ruedos como hacen algunos, tratando así de evitar el maleficio.
Siempre ando pensando que se me acaba.
Hace muy poco se lo decía a él.
Ojalá tuviese algunos años menos, para tener un poco de tiempo más. Unos años para dártelos a ti, para que tuvieses ahora eso que quieres, y después, reunir el valor de preguntarte si ya me quieres a mi.
Si ya puede ser mi momento, si ya no sientes obligación alguna hacía nadie, y por fin...vas a oír de verdad a tu corazón.
Pero no tendré tiempo, no, no lo tendré.
Nadie puede domeñarlo y pasa, sin importarle lo que a nosotros nos importe. Nada ni nadie lo detiene, nada ni nadie lo acelera o lo ralentiza.
Cuando algo no me gusta suelo decir...no importa, sólo es tiempo que ha de pasar.
Los minutos se hacen eternas horas, y estas, inacabables días, que componen semanas interminables, que paren meses, uno tras otro hasta que hacen que de nuevo esté casi a punto de terminarse...un año más.
Y...¿Dónde estoy?
Justo en el mismo lugar.
En esta sala de espera para desesperados, que aunque parezca mentira...sólo saben...esperar.
Y me digo que...sólo es tiempo que ha de pasar, y no me importaría, si al mirar en mi reloj de arena no me pareciese siempre que queda...tan poca...



miércoles, 17 de octubre de 2012

Guerra...venganza...

Primero quise guerra.
La princesa guerrera vistió con premura su vieja cota de malla y desenvainó su espada. La blandía haciendo silbar el aire al cortarlo con el filo de su temible acero. Dispuesta a hundirla sin miramientos en las blandas carnes de mis enemigas, a rebanar pescuezos y cortar cabezas. Quería sangre, sangre de víbora derramada por doquier
Después quise venganza.
Mis manos se retorcían, llenas de dedos alargados y nudosos, imaginando mil y una maneras de obtener la más  fría de las venganzas. Mi mirada se tornó aviesa, y mi risa espeluznante, mis palabras maldicientes, mi voz sibilante y mi lengua viperina. Dispuesta a ser... ¿Una víbora más? ¡No! eso ni se te ocurra Jo
Al final...
Al final he pensado en eso que suelo decir, que con la conciencia tranquila una va al fin del mundo sin tener que dar muchas explicaciones.
Y mal que le pese a alguna, la tengo. No tienen razón en aquello que dicen, no es como lo ven. Eso es algo que él y yo hemos hablado muchas veces. Lo que importa, al menos de momento, es lo que pensamos nosotros, lo que sabemos nosotros, lo que sentimos nosotros. No es ocasión de marear la perdiz, ni de levantar la liebre, no, ahora no, por nada del mundo.
Ahora me callo, y hago como si nada, eso sí, con cuidado de no pisar a las víboras  Ahora sé que están ahí  y... no descarto la idea de usar en algún momento, de dejar caer como quien no quiere la cosa, la frase que usaron para mencionarme a mi, para que sepan qué sé quienes son, que se les ha caído la careta, que por más que finjan se les ha visto el plumero.
Parece que todavía no se me han pasado del todo las ganas de guerra.... o de venganza...

sábado, 13 de octubre de 2012

Nido de viboras.

Siempre he dicho de mi que veo las cosas demasiado tarde, que no me doy cuenta de nada hasta que, sea lo que sea, me golpea en las narices.
Confío en exceso, por lo visto, en la buena fe de la gente, en que todo el mundo es bueno esperando que nunca hayan de demostrarme lo contrario.
Nido de víboras,  son las palabras que se me vienen a la mente una y otra vez, nido de víboras.  Cáscara brillante de sonrisas y buenas palabras, cascarón vacío,  debajo del cual no hay más que fango, un lodazal inmundo en el que se revuelcan todas esas víboras.
Todas las relaciones, sean del tipo que sean, amor, amistad, compañerismo, todas, son probadas en un momento o en otro. En ese momento la gente ha de dar la cara, o se les ve la que esconde tras la máscara.
Al menos puedo decir que hay quien me conoce de verdad, quien sabe como soy, quien no se deja llevar por... no sé...¿envidias? ni siquiera sé que es.
Hoy, alguien que me aprecia y me conoce, que sabe que en mis intenciones jamás hay maldad alguna, me ha contado lo que mis "queridas y amables compañeras" cuentan de mi. No tengo motivo alguno para dudar de lo que me han contado porque ya había atisbado alguna que otra cosa, pero pensé que sólo había sido fruto del momento.
Nido de víboras,  entre las que me he estado paseando con toda naturalidad, con toda sinceridad, y se ve, que lo uno no gusta, y que lo otro, ellas ni siquiera saben que es.
No quise preguntar quién, después de saber qué, pero sé a quién he de preguntar para que me diga exactamente de quien he de cuidarme. Hace tiempo se lo dije, dímelo,  dime quien es para que sepa de quien he de protegerme, pero él no quiso decírmelo,  ahora tendrá que hacerlo porque no pienso andar de boca en boca.
Una vez se lo dije, si alguien alguna vez se entera de lo que hay entre tú y yo.... la mala cariño, siempre seré yo.
Y yo soy de las piensa que nada sucede entre dos si uno no quiere.
Y toda esta historia, desde el principio, ha sido cosa de dos.
No puedo negar que lo busco, aunque si niego la manera en que dicen que lo hago, y sobre todo me ofende que lo declaren del todo inocente a él. Es cierto que mantengo todo esto, pero no lo hago sola.
Todo lo que sucede no son mas que las desventajas de ser mujer... parece mentira hoy en día pero es así, donde menos a salvo esta una mujer, al parecer, es entre las de su mismo genero.
Nido de víboras.

Ellas no saben, no conocen la historia que hay tras el tiempo que pasamos juntos en público, la desconocen totalmente. Pero la imagen que han dado de mi es la de un ave de presa que planea sobre la que va a ser su victima, la de un felino que acecha en la espesura. Estoy de caza, y él, tratando de evitar ser cazado.
Y todo porque él, me presta atención cuando estamos en mitad de ese... nido de víboras.
Si soy todas esas cosas, si soy como dicen, llegan tarde, fue acechado, cazado y devorado, fue mío, es mío, y aunque sé que ninguna leerá esto...
Queridas, le encantó serlo, y cada vez que puede.... vuelve a por más.

viernes, 5 de octubre de 2012

Tratando de quedarme sorda.

Con la música todo lo alto que pueden soportar mis oídos quiero acallar mis propios pensamientos. Me gritan desde alguna parte de mi cerebro, pero apenas los oigo.
Echarte de menos es una constante en mi vida. Hace unos días te decía que me había pasado todo el tiempo que dura lo nuestro oyendo dos frases.
Llego tarde.
Tengo que irme.
Y las que tú has oído de mi son.
No importa, te espero.
No te vayas todavía.
Dices que sin mi amor no seguirías aquí, que sin mi apoyo te habrías rendido hace tiempo, que continuas porque sabes lo mucho que te quiero. Que sin mi amor incondicional podrías haber estado más enamorado que nadie en el mundo, pero que no hubieses continuado.
¿Eso confirma lo que he pensado tantas y tantas veces?. ¿Estoy manteniendo esto yo sola?. Si me vieras flaquear... ¿Saldrías corriendo?.
Si yo no fuese una roca....
Subo el volumen, y Adele canta a pleno pulmón.
One and Only.

miércoles, 3 de octubre de 2012

1+1 son...

No le des más vueltas, la vida es como es y no se le puede dar vueltas, me dijiste.
¡¿Cómo qué no?! Te dije
¡No!, no es un problema matemático, dijiste tú
Lo es, ya lo creo que lo es. Al principio tú y yo eramos uno y uno que pretendían sumar dos. De repente restaste de esa suma y empezaste a sumar por otra parte, es más, esto hay un lado por el que se multiplica, y hasta tiene decimales. No quieres dividir, pero terminas haciéndolo y en esa división a mi no me toca nada. Cariño, soy una X que trata desesperadamente de no ser despejada en esta ecuación.
Las matemáticas nunca han sido lo mío, te dije.
Nunca puedo alcanzar esa cabecita que tienes, dijiste.

Al final, nos reímos los dos, tan juntos, con tantas ganas, como si sólo fuésemos uno.