jueves, 29 de julio de 2010

No me quiere, no te quiero

Cuando alguien me dice que no me quieres, respondo que yo a ti tampoco.
Trato de que no te cueles bajo mi piel más de lo necesario.
Cuando me dicen que si sé a que estoy jugando, que si lo tengo claro, respondo que cristalino.
Trato de leer las reglas todos los días, para no dejarme ganar.
Sin embargo, una pequeña parte de mi está siempre atenta a la más mínima señal. Buscando rastros de ese amor que dicen que no me tienes.
Atesoro palabras, frases sueltas, dichas en momentos en los que no estás en guardia.
Y hoy, sin querer, me has llamado cariño. Una palabra simple que no te oído decir en todos estos años. La guardaré con alguna otra, manía de las mujeres que lo guardamos todo...
Sé que no me quieres, sé que no estas enamorado de mi, y ten claro, que yo de ti... tampoco.

lunes, 26 de julio de 2010

Momentos así...

Algunas veces las ganas de escribir son tan intensas, que podrías compararlas al más puro deseo carnal. No quieres, no puedes detenerte, dejarte llevar por esa tormenta de sensaciones es lo único que puedes hacer. Es entonces cuando brotan las más puras, las más sentidas palabras. Las letras son barro moldeable en tus dedos, les das forma, creas con ellas a tu antojo. Los labios son los más sensuales, los besos los más dulces, las caricias son cálidas, el calor esta a punto de hacer que se pierda el control. Y con ellas nace el deseo, la pasión incontenible. Los cuerpos se funden, las pieles brillan, los perfumes lo embriagan todo y tu sigues imaginado, capaz de concebir la más cautivadora de las historias. Esa que nadie puede dejar de leer, porque los haces vivir en ella, los haces sentir, haces que anhelen ser uno de esos protagonistas. Y sí, siempre el deseo constante, la vida, el amor, la entrega. Sólo tú y el papel en blanco, el uno deseando llenar al otro con toda su esencia, un baile, una conquista, una seducción. El papel se somete, se rinde a tus palabras, y disfruta de cada una de ellas tanto como tú, buscando la satisfacción mutua. El uno termina lleno, pleno, y tú, te has derramado por completo en el. El corazón te late deprisa, las manos te tiemblan, la criatura que hay ante ti; es toda tuya...te pertenece.


Recibí un correo de un amigo. Me desnuda un trocito de su alma, y yo le desnudo un trocito de la mía. Mostrar lo que escribes es siempre algo intimo, él lo hizo para mi, y yo lo hice para él. Quise explicarle que algunas veces no puedo parar, las palabras salen de mi como si alguien en mi interior las dictase y le escribí esas que están justo aquí arriba. No sé si lo conseguí, supongo que debí esmerarme más, quizá el esperaba que de nuevo mis palabras lo embaucaran, lo embelesaran, por decirlo de alguna manera... lo conquistaran. No hay nada que me guste más que escribir cuando el deseo de hacerlo es fuerte. Es como hacerle el amor a la persona que amas, justo cuando más deseas tomarla y hacerla tuya, cuando la pasión desbordada es totalmente incontrolable. Momentos así, son siempre los mejores...


domingo, 25 de julio de 2010

Cuando deja de ser mañana.

Cuando mañana fue hoy, acudí. Mientras iba a tu encuentro miré el teléfono mil veces, tentada de poner una excusa tan tonta como creíble y darme la vuelta, por el simple hecho de ser yo la que una vez diga... no. Incluso me paré a comprar revistas y entonces fuiste tú, impaciente, el que llamaste. Enseguida estaré ahí, contesté, apurando el paso. Abriste al oír mis tacones detenerse en la entrada, ni siquiera tuve que tocar el timbre.
Sin tiempo, con prisas, casi con arrepentimiento. Tratando de convertir los minutos en segundos mientras nos arrancábamos la ropa. En la penumbra de la habitación, el zumbido del aire acondicionado, y como siempre, alguna opera, hicieron los coros a mis gemidos. Sí, no quería ser callada, ni comedida, y me da igual lo que piensen tus vecinos.
Cuarenta y cinco minutos después, te dejé ordenándolo todo como si no hubiera pasado nada.
Esta vez ni siquiera hubo un te quiero, quizá has decidido dejar de mentirme.
Me has llamado desde ese día varias veces, y no te he contestado. No estoy enfadada, ni dolida, no... no es eso... pero puede que eche de menos las mentiras.


miércoles, 21 de julio de 2010

Mañana.

Quise esconderme en ti, quise huir de mi. Pero no te encontré. Una vez más recorro las calles sola, saco mis problemas al sol, a ver si los derrite y los hace desaparecer, aunque termine por hacerlo yo con ellos. Incluso mi salud, mi único bien preciado, se resiente estos días. Y no sé que hacer...
De nuevo estoy en mitad de todo, tratando de mantener el equilibrio. En el centro del huracán no reina la paz.
No puedes ayudarme, nunca te hablo de mis cosas. En tu mundo soy una diosa, en el mío la más insignificante de las mortales. Pero me haces descansar, me sacas de aquí, dejo de pensar, de preocuparme. Concentro mis cinco sentidos en ti, y espero que tú hagas lo mismo.
Quizá si te hablase, si te explicase... no, mejor no, eso sería arriesgarse a que me vieras tal y como soy. Dejarías de ver a la criatura sensual y sexual, para verme sólo a mí. ¿Me encontrarías entonces tan sumamente deseable? ¿ Seguirías estando loco por mi?¿ Volverías a decirme que me amas?.
Tu respuesta hoy fue un...mañana ,¿Te va bien?. Y yo, quizá más seca de lo habitual he contestado... mañana te lo diré.
Necesito seguir teniendo un sitio al que escapar, aunque ese lugar abarque únicamente tu cuerpo.

sábado, 10 de julio de 2010

¿Las mil y una noches?

Vuelves, regresas de sabe Dios donde, y me buscas. Nunca te pongo difícil el encontrarme. La vida, mi vida, me regala un momento libre. Salgo de mi para ser yo, y soy para ti.
Me abrazas, me tiras del pelo, me besas, llenas mis oídos con tus fantasías haciéndolas mías. ¿De verdad me has echado de menos?. De nuevo me cuentas que la quieres más a ella que a mi, quieres ser honrado. Me hablas de los muchos hombres que seguramente me han deseado, me haces preguntas, quieres respuestas y distraes mi boca de lo que en ese momento es su juguete. ¿Quieres que desee a otros hombres? ¿Quieres ver como otro me hace suya?. Respondo sin ganas, sólo quiero sentir ahora, no quiero pensar, en nada, en nadie, casi ni en ti. Déjame perderme en tus caricias, en ese mundo imaginario que creas para mí. Yo no pregunto, no quiero saber, pero no consigo silenciarte con mis labios. No me gusta saber que deseas a otras, me hace sentir mucho más prescindible de lo que ya soy, pero forma parte del juego, no soy más que una fantasía para ti, una que haces realidad de vez en cuando.¿De verdad no puedes vivir sin mi?Quieres que viva todo tipo de placeres, todos lo que tú seas capaz de imaginar para mi. Envuelta en orgasmos te digo una y otra vez, sí, sí, sí, sí. ¿Quién podría negarse?
Te sorprende que haga tanto que nos conocemos, te sorprende que te sorprenda. Quizá el misterio está en mi silencio, eres curioso, y al igual que hacía Sherezade, guardo el encanto de mis historias... para continuarlas mañana por la noche, mi señor.

viernes, 9 de julio de 2010

En algún lugar de un perdido mar.

Nado en un inmenso mar. Braceo despacio, alguna vez deprisa, me detengo un segundo a descansar dejando que mi cuerpo se sumerja casi por completo. Sostengo como puedo la cabeza fuera del agua, para respirar. No paro de nadar, no voy a ningún sitio, pero no puedo parar. Pero hay días, en que el cansancio hace mella en mi, los brazos me duelen, tengo calambres en las piernas y necesito descansar. Busco donde asirme, algo que me sostenga, un tronco, una roca, lo que sea que me mantenga a flote unos instantes, lo justo para recobrar fuerzas y seguir. Pero no hay nada, nadie, y me dan ganas de dejarme ir al fondo, de hundirme, de ahogarme, de dejar de nadar. Las preguntas sin respuesta son un lastre más, y si alguna es respondida sólo añade más peso. Miro hacia delante, hacia atrás, y sólo encuentro ese inmenso mar en el que nado siempre sola. Me ahogo, ya no puedo más y dejo de nadar. Las olas me cubren, el frío me atrapa. ¿He llegado al final?. Pero el agua salada que me recorre la garganta no son más que lágrimas. No he dejado que mis pulmones se inunden llevándome al fondo. De una manera o de otra, busco el aire, y justo cuando vuelvo a respirar alargo un brazo, luego el otro, y comienzo otra vez a nadar.
Puede que un día deje de hacerlo, pero en mi mar sólo estoy yo, nadie lo notará.


miércoles, 7 de julio de 2010

Por mi culpa.

Una vez mas soy culpable, responsable, de todo lo que no va bien o de todo lo que no sucede al gusto de otros.
Al menos así me siento yo, así me hacen sentir, que sé yo...
Soy yo la que permite, por lo tanto, es culpa mía lo que ocurre. Sin embargo en todas las historias hay varias versiones. Él me echa la culpa a mi, yo a él, y el resto... a los dos. Desde luego yo la tengo en cuanto a que como digo... permití. Me queda el consuelo de que sólo lo hice una vez, y que en la siguiente todo ha ido mucho mejor. El daño está hecho, el árbol se torció cuando apenas era una vara endeble. Ahora sólo queda vigilar que no se tuerza más, que crezca sano, y que algún día dé algún fruto. No quiero que se retuerza, que haga nudos en su madera imposibles de quitar, o que con el tiempo se estropee y ni siquiera sirva para leña.
Mientras tanto, haré lo que creo que tengo que hacer o lo que pueda hacer, aunque la culpa de todo... siempre sea mía.

sábado, 3 de julio de 2010

Límites.

Siempre ando buscando quien me quiera querer. No soy capaz de conformarme, necesito saber que puede haber alguien más. Y me descubro, sin quererlo, tendiendo las redes de mis palabras, siendo dulce, tierna, cariñosa, tímida y apuntando...siempre apuntando que detrás de todo eso... puede haber mucho más...
Me ofrezco, soy cebo, señuelo y a la vez... me siento cazadora.
Supongo que veo señales donde no las hay, leo entrelineas lo que no está escrito, sólo soy yo... y mi imaginación.
Esta afición mía de crear historias, que en ocasiones, no conoce límites.
Será cuestión de ir poniéndoselos.
Pero... ¿Debería hacerlo?