domingo, 29 de enero de 2012

Un ¿cotilleo?.

Ni tú ni yo sabemos cuando empezó todo esto realmente. Debía hacer meses, quizá incluso años, que nos mirábamos en la distancia, que buscábamos el uno la compañía del otro, y al menos yo, no entendía muy bien el por qué, no le ponía nombre a aquel sentimiento, porque aquello entre tú y yo simplemente no podía ser.
Pusimos una fecha concreta a partir de la cual contar, en ella fechamos nuestro aniversario. Siempre dije que para no poder celebrar ninguno fui muy ambiciosa, y quise tener dos. El de nuestra primera cita a solas, y del nuestra primera noche juntos. Nuestro amor vio la luz una mañana de principios del mes de Agosto, aquel día dio sus primeros pasos. Y dijo su primer te quiero una noche, de tan sólo unos días después. Y fíjate lo grande que está, como ha crecido, cuanto ha caminado desde entonces. No pudimos celebrar su primer año, y es posible que con la llegada del próximo verano, tampoco podamos celebrar el segundo. Es robusto y fuerte, sano, alegre, nos da quebraderos de cabeza, nos hace desesperar, y a mi sobre todo hay días en los que incluso me hace llorar, pero me compensa verlo crecer. Porque pese a todo hay días en que crece, días en que da un estirón enorme, se vuelve tan grande que da casi miedo no poderlo controlar. Vernos obligados a esconder algo tan hermoso, algo tan tuyo y tan mío, tan nuestro, no lo merma. Tú te asustas más que yo cuando ves como avanza, aunque quizá a mi me envalentona tu cobardía. A ti te asombra que llevemos así tanto tiempo, y creo que a mí, algunas veces, me asombra aun más.
Tiene todos los ingredientes para que sea un amor excepcional, y a la vez tiene todos los inconvenientes para hacerlo fracasar.
De momento... mantenemos el equilibrio.

viernes, 27 de enero de 2012

Al amanecer.

Acabo de agradecerte los besos que no me das, y la cama que no me calientas. Agradezco la intención, eso te he dicho.
Los momentos Lady Halcón cada día me sientan peor, veo que no habrá eclipse que nos libre de la maldición.
Dije una vez que el nuestro era un amor más de almas que de cuerpos, que no necesitábamos tocarnos, ni vernos, para amarnos. Cada día que pasa necesito más que ese amor sea algo tangible, que no parezca que me lo imagino todo, que no me de la sensación de no saber distinguir entre lo que sueño y lo que vivo en realidad. Cuando te veo en esos breves momentos al amanecer, cariño, eres un extraño para mi. Dónde está el hombre que me besa, el que me dice que me ama, el que me abraza durante minutos interminables. Dónde está el hombre que me hace el amor con una pasión arrolladora. Me desespero buscándote en tus ojos. ¿Estás ahí?
Algunos días, algunos días, de verdad qué no sé, qué demonios estamos haciendo los dos.

viernes, 20 de enero de 2012

¿ Qué te apuestas?

He asumido el riesgo de que mis sueños jamás se cumplan.
¿Qué puedo perder? No tengo nada.
El sentimiento es fuerte, recio, sano, y tiene ganas de vivir. De momento es con lo único que cuento.
Él se ensombrece, porque se siente culpable ¿De qué? pregunto yo. Y volvemos a la eterna discusión de qué no me da lo que debería, y me callo la pregunta ¿Pero de verdad querrías? Lo pinto todo del rosa más pastel que sale de mi imaginación, lo endulzo con las palabras mas azucaradas que soy capaz de encontrar. Dibujo sonrisas, regalo abrazos, y todo el amor que soy capaz de dar, y él, se vuelve a iluminar. Mi única arma es ese amor, esa esperanza, esa paciencia. Apuesto mis sueños a un sólo numero, todos sin excepción, cruzo los dedos y espero. ¿Demasiado riesgo? Quizá, pero si tengo suerte, tendría mucho que ganar y poco que perder, los sueños siempre se pueden reemplazar por otros. Es de humanos soñar.
Y el amor, ese sentimiento, si es tal y como creo, nunca se perderá.

miércoles, 18 de enero de 2012

De lo mucho y de lo poco.

Te ha dolido saber, según tú, que espero poco de ti.
Amor mío, ¿No es eres tú acaso el que dice que no puede darme más?
Poco, poco, yo, que aún tengo puestas mis esperanzas en que abras los ojos y me veas. Yo, que me voy cada noche a la cama rogando a quien haya que rogar, que no dejes de amarme. Que despierto cada día susurrando un te quiero que nunca oyes. Yo, que sigo esperando, esperando, esperando, esperando, esperando. Piensas que espero poco de ti, porque sabes que no vas a darme nada de lo que de verdad espero. Veo a través de la venda que ha puesto el amor en mis ojos. Nada esconde la realidad para mi, nada la tapa, nada la disimula, y sigo aquí. Te enfadas conmigo y dices...yo quería verte esta semana. Y me aguanto las ganas de poner los brazos en jarras y contestar con chulería algo cómo... qué pasa, ¿que ya no quieres?.
No, yo no espero poco, sigo esperándolo todo, todo de ti

domingo, 15 de enero de 2012

Sin cambios.

El año avanza, ya vamos por la mitad del primer mes, enseguida será primavera. No tardará demasiado en comenzar a olerse por las mañanas, en cuanto dejen de amanecer helados los campos, pronto. Las lunas llenas se van sucediendo una a otra, y ninguna nos sorprende juntos, quizá el año que viene dijiste, quizá en primavera te dije. Me echas de menos, y de noche mucho más dijiste, de noche todo se agudiza más, y a pesar de ser tú quien confiesa tales cosas, la luna sigue sin encontrarnos juntos. La miro blanca y redonda desde mi balcón, como una Julieta que a la que se le ha pasado del todo el arroz, esperando a un Romeo que nunca supo trepar por los balcones. El frío de las noches hiela mi alma, y sólo tus besos son capaces de romper la escarcha. Menos mal que enseguida, comenzara a olerse... la primavera.