Hace dos mañanas sucedió así, llegaste todo sonrisas, oliendo como sólo tú hueles, saludando a todo el mundo y a mi. Casi tengo que arrancarme de tu lado, el tiempo, el poco tiempo del que dispongo a esa hora pasa rápido. Doy el relevo, el mío siempre es breve, poco que contar, sólo algo que se salga de lo normal o algo de lo que hay que estar pendiente, pero siempre en general. Y una vez hecho eso tengo que marcharme, nada me retiene en el trabajo, sólo tú. Y aguanto hasta el último segundo, me deseas un buen fin de semana y yo hago lo mismo contigo. Me voy, te digo, ¿Te vas? me dices, y me encojo de hombros por no decir ¿Qué puedo hacer?. Me tocas el pelo, me acerco a ti, pero no puedo quedarme más. Te dejo sabiendo que tardaré días en verte fuera de allí, quizá semanas. Y eso me entristece.
No es justo, o sí, no lo sé. Enciendo una luz de esperanza donde no debo, donde sopla un viento frío que la apaga una y otra vez, y yo, sigo insistiendo en mantenerla encendida. Algunos días no sé para qué. No quieres fechas de caducidad, cuentas con mi esperanza eterna, con que sea capaz de mantenerla. Para qué quieres que la mantenga, por qué no poner una fecha, un límite, por qué no. Por qué quieres que espere, si no te vas a mover de donde estás.
Cada pocos días renuncio a ti, me repito que no eres mío, que no puedes serlo, que no quieres serlo, que no lo serás, ni ahora, ni nunca jamás, jamás, jamás. Que no puedo aspirar a más de lo que tengo ahora. Que sabes lo que quiero y que quieres lo mismo que yo, pero que nunca sucederá. Una letanía que resuena en mi cabeza, y a la que por suerte o por desgracia, termino por no hacer caso.
Sí, disfruto de cada segundo que paso con él. Disfruto de cada palabra que me escribe. Vivo en el ahora, de verdad que sí, más que nada porque no hay otra cosa. Pero aun así, la certeza de que nunca podré ser algo mas de lo que soy ahora, me duele, algunos días me duele.
Yo sé porque me mantengo donde estoy, pero sigo sin saber por qué lo hace él. Algunos días querría preguntarle algo...
Cariño, ¿Qué pasaría si un día me pierdes? ¿Qué pasaría si nunca pudieras tenerme?
Pero eso sólo me pasa, algunos días.