viernes, 19 de octubre de 2012

Tiempo que ha de pasar.

Siempre pienso que se me acaba el tiempo.
Quizá porque mi padre murió joven y me acerco sin remedio a la edad en que sucedió, y yo, no puedo retirarme de los ruedos como hacen algunos, tratando así de evitar el maleficio.
Siempre ando pensando que se me acaba.
Hace muy poco se lo decía a él.
Ojalá tuviese algunos años menos, para tener un poco de tiempo más. Unos años para dártelos a ti, para que tuvieses ahora eso que quieres, y después, reunir el valor de preguntarte si ya me quieres a mi.
Si ya puede ser mi momento, si ya no sientes obligación alguna hacía nadie, y por fin...vas a oír de verdad a tu corazón.
Pero no tendré tiempo, no, no lo tendré.
Nadie puede domeñarlo y pasa, sin importarle lo que a nosotros nos importe. Nada ni nadie lo detiene, nada ni nadie lo acelera o lo ralentiza.
Cuando algo no me gusta suelo decir...no importa, sólo es tiempo que ha de pasar.
Los minutos se hacen eternas horas, y estas, inacabables días, que componen semanas interminables, que paren meses, uno tras otro hasta que hacen que de nuevo esté casi a punto de terminarse...un año más.
Y...¿Dónde estoy?
Justo en el mismo lugar.
En esta sala de espera para desesperados, que aunque parezca mentira...sólo saben...esperar.
Y me digo que...sólo es tiempo que ha de pasar, y no me importaría, si al mirar en mi reloj de arena no me pareciese siempre que queda...tan poca...



1 comentario:

  1. El tiempo transcurre inexorablemente, no se detiene, y parece escurrirse de nuestras manos... ¡Una lástima!

    ResponderEliminar