jueves, 3 de marzo de 2011

Silencio.

Viniste a buscarme, a buscar eso que según tú, sólo puedo darte yo.
¿Qué me has hecho? preguntaste
Estoy enganchado a ti, ¿por qué? volviste a preguntar.
Mi respuesta siempre es el silencio, y es que ya no te creo cuando dices que me amas. Soy de otro y lo presientes, pero como tú dijiste ni siquiera, en su momento, nos pedimos fidelidad. Apartas el pelo de mi cara buscando mis ojos y no te los escondo, lee en ellos, antes sabías, vuelve a hacerlo.
Me echas de menos, dices, bajo la mirada, no es a mi a quien echas de menos.
Quiero cenar contigo, pasar la noche contigo, quiero que vuelvas a vestir de negro para mi, quiero ser tu esclavo, quiero.. quiero.. quiero.. quiero..
Mi respuesta es siempre la misma, silencio.
No, nunca nos pedimos nada, absolutamente nada. Quizá por eso me diste tan poco, y yo, quería darte tanto.
Pude decirte con palabras todo lo que no querías escuchar, pero siempre supiste oír mis silencios.
Nunca sé si voy a volver a verte, dijiste.
Sí, sí lo sabes, ahora, lo sabes.

2 comentarios:

  1. Y volvió........
    Habrá que matar al oráculo.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Hay silencios que gritan hasta ensordecer. Y gritos que no se oyen aunque traspasen el corazón.

    Besos

    ResponderEliminar