jueves, 20 de diciembre de 2012

Ausencia.

La vida es tan incierta...
Hace un par de noches él me llamó. Nunca lo hace, salvo que sea mi cumpleaños y aún faltan un par de meses. Respondí a su llamada perdida, recelosa por lo poco habitual. El tono de su voz no hizo si no inquietarme aún más.
Tengo que darte una mala noticia, eso me dijo. ¿Qué pasa? pregunté yo.
No era una amiga o sí, no sé si  puedo decir eso de ella, pero si una compañera desde hace años, es más, ahora mismo era mi jefa.
Tan solo tenía un año más que yo, acababa de cumplirlos.
Un estúpido accidente de trafico.
Ahora ha pasado a formar parte de esas ausencias eternas.
Ahora todos pensamos.... podría pasarme a mi.
Ahora sentimos que tenemos que vivir cada segundo, disfrutar cada instante como si fuese el último.
La muerte, esa que en nuestro trabajo está tan presente, esa que pasa lista cada día y nos avisa con pequeñas señales para que sepamos a quien se va a llevar, esa presencia oscura que comparte turno con nosotros, nos ha jugado una mala pasada.
En un segundo a segado la vida de alguien que era madre, hija, hermana, amiga, compañera...dejando en su lugar un vacío...una ausencia...
Para siempre.

1 comentario:

  1. Es tan duro cuando ocurre así, de cerca, aunque no se lleve a nadie que nos afecte directamente, pero nos deja... pensando, en Babia, sintiendo eso, que es una señal, un aviso, algo...
    Es todo tan duro, Jo.
    Un abrazo para ti, preciosa, y que pases estas Navidades feliz y sintiendo la magia de estos días.

    ResponderEliminar