jueves, 27 de diciembre de 2012

Su sonrisa.

La bufanda le encantó, sí, era para él. Probablemente nunca llegue a usarla, pero eso no importa, él sabe lo que significa, y sabe el amor que he empleado en tejerla. Sabe que mis regalos son siempre así. Le regalé un caleidoscopio para que viese la vida todos los días de colores. Piedrecitas que cogí para él en la playa. Una foto del lugar donde nos vimos por primera vez. Una piruleta para que la compartiese conmigo y supiera siempre a que saben mis besos. Un sin fin de tonterías que le hacen sonreír.
Él también me hizo un regalo.
Dijo que había hecho que estas navidades fueran inolvidables.
Con esas palabras y su sonrisa, ha hecho que las mías... también lo sean.

Gracias por vuestros buenos deseos.

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