miércoles, 2 de febrero de 2011

Imposible... y yo.

He dejado de usar la palabra imposible. A él le ponían triste mis cartas cuando la usaba. Cuando le mostraba la realidad tal cual es, con todo ese montón de imposibles. Quizá simplemente empiece a usar cualquier sinónimo, supongo que al principio él no se dará mucha cuenta, pero los imposibles no han desaparecido. Sigo sin entender tantas cosas... tal vez son imposibles de entender.
Le ofrecí tiempo y no lo quiso.
Lo"maldije" diciéndole que un día no podría vivir sin mi, y que entonces yo no estaría, que se le va a hacer soy así de fanfarrona. Sé que no le soy imprescindible, en realidad nadie lo es, y yo, mucho menos. No me necesita, y yo, quisiera que no pudiera respirar si no es en mi presencia. Algunas veces creo que acabaré odiándolo, sólo porque no me ha querido lo suficiente. Incluso le dije que era posible que ya no me interesara tanto, que había hecho una oferta y él había dicho no, y que yo, quería cambiar de aire. Fue entonces cuando me miró a los ojos.
Me dijo, quédate un poco más.
Y me quedé.

2 comentarios:

  1. Nunca las entenderás , Te quedaste......como siempre......y el dolor volvió , y las cadenas te volvieron a atar.
    Una pena.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. He aquí la anunciada derrota de la razón.

    ResponderEliminar