jueves, 14 de abril de 2011

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Cuando parece que nada puede empeorar, que las cosas no pueden ser más difíciles, que cada complicación está resulta al menos a medias, cuando creas una rutina que si no te satisface te engaña las ganas, cuando todo va "bien" muy entrecomillas, justo entonces, todo se va a la mierda.
Y de nuevo castillos al suelo, y como no, aquí estoy yo para volver a levantarlos. Me devano los sesos cuadrando horarios, cuadrando imposibles, y tú, paseas por mi puerta pero no llamas a ella, y yo, me paso el día siguiente en el balcón esperando verte pasar.
Como los novios de antaño, vamos a terminar viéndonos tras las rejas de mi zaguán.
En cierto modo tiene su encanto...

3 comentarios:

  1. Si es tan maravilloso, entonces porque es tan complicado?... Se supone que el amor no tiene horarios, ni edades ni nada de esas cosas... pero, tu amor parece estar tan condicionado, que no comprendo... como puedes saber si es amor?

    Besos.

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  2. Pero te levantarás, al final de todo, lo que nos queda, es que a pesar de los palos, y de las veces que caemos, es que de nuevo nos levantamos...
    Los amores imposibles causan demasiado daño...
    un beso!

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  3. Espero que no te importe que te haya dejado un comentario, es que tu blog me ha llamado la atención y he decidido echarle un vistazo.

    Si quieres también puedes pasarte por el mio, si es de tu agrado, nos leemos, si no, espero que no te importe que te siga al menos leyendo.

    En cuanto a los castillos en el aire, a veces es mejor tener uno y que se desmorone, que no tener nada, cuando tienes algo por mínimo que sea por lo que realizar las cosas, todo te parece mejor, eso sí no deberías ser tú siempre quien alzara el castillo... si no los dos, porque puede que llegue un día en el que tus fuerzas ya no sean como las del primer día... y eso no debería pasar.

    ¡Un abrazo!

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