viernes, 29 de julio de 2011

Largometraje.

Dictan las leyes de caballería que hay que respetar al débil, ser generoso con el vencido y cumplir religiosamente con la palabra.
A esta última me acojo, di mi palabra, palabra de amor, de amar fuesen cuales fuesen las circunstancias, los imposibles, las adversidades, pase lo que pase... te amaré, eso fue lo que dije y en esas palabras empeñé mi honor.
Para ser digno de considerarse caballero hay que tener al menos diez virtudes:
Bondad, valor, afabilidad, talento poético, elocuencia, fuerza, destreza en caballería, habilidad en el manejo de la lanza, la espada y el arco.
No las poseo todas, monto a caballo nada mas que regular, y no soy muy de armas, pero hoy en día no abundan las lanzas, las espadas, ni los arcos, no creo que me vea en el compromiso de tener que usarlas. Así que creo poseer las suficientes para nombrarme a mi misma caballero
Mantendré mi palabra y así estará a salvo mi honor.
No me queda más orgullo que ese, el de ser fiel a lo que en su día dije.

Ayer, se unieron un cúmulo de malos entendidos. Tantos medios de comunicación algunas veces justamente nos incomunican. Ofuscada e indignada como estaba, dejé de prestar atención a esas palomas que llevan un año haciendo de mensajeras entre nosotros. Cuando miré el correo ya tarde, vi que había escrito unos minutos después de que lo llamara.Cuando se suponía que estaba en el cine. Me avisaba de adónde iba, me decía que estaba bien y que nos veríamos hoy como estaba previsto. Yo silencié el teléfono, si lo hubiera cogido me habría ahorrado el berrinche ,pero no lo hice y el sitio al que iba... por aquí aún hay lugares sin cobertura... sin cobertura no apagado. Puedo jurar por mi pundonor de caballero que no he visto ni un atisbo de mentira en sus ojos esta mañana, y que no hemos encontrado solución para el mensaje del cine. ¿Dónde iba a estar yo en el cine a las once de la mañana? me preguntaste. Y que sé yo, contesté. Pero si hace un siglo que no voy, dijiste. Lo sé, respondí.
Siempre digo de las mentiras deben ser sencillas y tontas para que resulten creíbles.
Todo casa, lo que dice él y lo que hice yo, las horas, las idas, las venidas, menos el mensaje del cine, que aunque él jura que no lo envió yo lo recibí, y le contesté dándole a la opción de responder, y lo recibió, por lo tanto envió el primero. Llamó para explicarse y yo no contesté. Esperé para llamar, y ya no había cobertura. Y antes de irse envió el correo, que yo no vi hasta muy tarde por la tarde, en fin...
No se me da bien ser Sherlock Holmes, y entre beso y beso se interroga fatal.
Y como dije al principio, aun si lo hubiese hallado culpable, di mi palabra de amarlo hasta que él quisiese lo contrario.
Hice un mal juramento, lo sé, pero por mi honor de caballero que lo he de mantener.

Procuraré quejarme menos, no tiene sentido venir llorosa a lamentarme, para luego decirme a mi misma que estoy equivocada. Y sí, sigue sin darme más que lo que sobra, como de lo que otros no quieren, de lo que dejan cuando están llenos, pero...sigue bastándome... por ahora.
Fuimos buenos compañeros, para pasar a ser los mejores amigos, y aunque el amor amenaza con comerse a la amistad, ante todo seguimos siéndolo, por eso me dolía aún mas pensar en una mentira. A pesar de los besos la conversación ha sido seria, hemos hablado de ese no futuro nuestro. Hemos pasado el punto de no retorno, no podemos ser de nuevo amigos y nada mas, quizá algún dia, pero ahora no. Le duele alimentarme de esas sobras, sabe que no es suficiente. Dice que si yo no fuese perfecta todo sería mas fácil.
Nadie es perfecto y ¿quién quiere ser nadie?

Pero todo eso es ya otra historia...

1 comentario:

  1. Bueno, Jo, tu palabra de caballero... cada vez me recuerdas más a la Jo March a la que adoro, con sus botas masculinas heredadas de un actor (¿lo recuerdas?) y todo ese encanto que hacía que yo quisiera ser exactamente como ella.
    Ya está, preciosa, si todo está explicado, siento haberme alterado tanto contra él, el mensaje es raro pero quizá la explicación sea de lo más simple. Y quéjate cada vez que te apetezca, que desahogarse con los amigos ayuda mucho y consuela.
    Muchos besitos.

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