jueves, 28 de julio de 2011

Sigue tu corazón.

Desde el principio el plan era vernos mañana. Nuestras conversaciones de estos días atrás, poniendo tus silencios aparte, han girado entorno a lo cansado que estás, lo agobiado, incluso enfadado dijiste. No quería decirte algo como, cariño todo eso no me lo creo, porque en cuanto pronunciase esas palabras ya no volvería a creer de verdad nada de lo que me dijeses. En cambio cometí el error de ofrecerte una cosa, si estás muy cansado nos vemos otro día.Tonta de mi que esperaba a cambio palabras del tipo, tu simple presencia ya me hace descansar, o tú haces que me relaje... que sé yo, soy una ¿romántica poco práctica?. Pero no, dijiste, sí, mejor dejarlo para otro día,y añadiste una serie de cosas que hicieron que realmente me preocupase que tu agotamiento fuera en serio.
Amaneció, he hice algo que me suele decir una compañera, sigue tu corazón. El corazón me llevó hasta el teléfono y te llamé. Apenas había dado un tono de llamada cuando me colgaste. Estará en alguna reunión, lo he pillado en muy mal momento, pensé. Empecé a escribirte un mensaje, y yo uso todas las letras así que tardo un poquitín, y en mitad de ello estaba cuando llegó uno tuyo. Estoy en el cine. ¿En el cine? ¿ A las once de la mañana?. Y respondí a ese mensaje. Entonces no estás aquí (en mi pueblo sólo hay cine por las mañanas los domingos), te llamaba por si me necesitabas, pero ya veo que hoy el día te está yendo mucho mejor. Cuando acabé le quité el sonido al móvil por si llamabas, y lo hiciste, y no contesté, y luego te llamé yo, y ... habías apagado el teléfono.
Ayer no tenía un minuto para mi, y hoy, se va al cine no sé adónde pero a muchos kilómetros de aquí, eso es seguro.
Ahora si que no voy a poder creerme nada.
¿Le hago caso al corazón cuando volvamos a hablar?
Porque esto de hoy, requiere una conversación seria... o no?

No creo merecer que me mienta. Él siempre puso por delante el decirnos la verdad, que necesidad hay de mentiras decía, y es cierto, que necesidad había.

4 comentarios:

  1. Jo March. A ver cómo te explico yo esto.. yo lo he vivido desde dentro y ahora leyéndote desde fuera.
    Allá voy a intentarlo:
    su comportamiento es de manual. no es nuevo, es el típico comportamiento...
    quien te quiere ver.. no está cansado, ni está en el cine, ni está agotado.. Piénsalo bien, estás bien un día sí y tres no.
    Yo te diré que no pude hacerlo.. que aguanté hasta el final y que a la rabia y el dolor de ver como se iba poco a poco hasta que se fue del todo, uní la sensación de 'yo lo sabía'. Lo del cine es para mandarlo a ... pero de tirón.. Y lo de desconectar el teléfono, encima es para mucho más.
    Pero yo en tu caso.. seguiría insistiendo hasta que me lo cogiera (lo sé) para acabar pensando 'Lady.. eres idiota' como siempre me ha pasado..
    Sé más fuerte que yo.. Te lo mereces!!!

    besos

    ResponderEliminar
  2. Querida Jo: estoy de acuerdo con Lady Tea... excepto al final. Y es que el resultado suele ser el mismo, pero cuando nuestro orgullo queda a salvo, después, es importante para nosotras, nos queda "eso". ¿Sabes? Yo desconectaría el teléfono... o, tal vez, no, pero no se lo cogería cuando sonase (si suena). Yo viví las dos situaciones: con uno, contestaba a cada sms, de broma, en serio, como fuera, pero siempre estaba ahí. Al fin se fue, ya lo sabes; también quiso volver, mucho después, y entonces (sí, es un orgullo) pude decirle que era tarde, ya no podía perdonar. Con el otro, conseguí no contestar sus toques y no dárselos. Jo, miraba el móvil constantemente, miraba su número, era una obsesión dolorosísima, me decía: "un simple toquecito, es tanto, me da tanto...". Pero no lo di nunca. Y ahora me siento poderosa de no haberlo hecho, porque él también se fue de mi vida, pero... iba a irse de todas formas, sabes, cuando no nos dan lo que merecemos no vale la pena que se queden, sólo tenemos sufrimiento. Duele romper amarras, como si te arrancaran una parte de tu carne, pero es igual: si no las rompemos nosotras, las van a romper ellos, y ni el orgullo nos va a quedar.
    Inténtalo: mándalo a donde tiene que estar, o pasa de él como si te aburriera ya, devuélvele el daño que te hace.
    Muchos besitos, haz lo que puedas hacer.

    ResponderEliminar
  3. Vuelvo otra vez (estoy pesaita) para decir que lo que ha explicado Jana del orgullo es justo lo que yo quería decirte y no sabía cómo...

    Ala.. me voy... te cuento a mi vuelta y espero encontrarte fuerte y en tu sitio..
    Besitos

    pd: pero decidas lo que decidas yo lo entiendo.. porque en estas cosas tan duras es fácil entender cualquier decisión que tomes.

    ResponderEliminar
  4. No, No te mereces que te mientan, será que a mi siempre me enseñaron eso de jugar limpio y para mi la mentira es una de las peores cosas que puede tener una persona.
    Eres inocente hasta que se demuestre lo contrario, pobre de ti como te pille una mentira, porque entonces mi mente vuela y se repite a cada instante si es cierto o no lo que me está diciendo en un momento determinado...
    Pero eso yo, vuelvo a ti: No te mereces que te mientan, no te mereces que te traten de ciertas formas, te mereces más de un minuto (quien quiere, puede), te mereces que te correspondan en aquello que tanto das y que no pides a cambio a voz en grito si no a silencios... y la persona que te quiere de estas veces que se dicen son de verdad...Esos silencios los interpreta que da gusto, te mereces muchas cosas más... pero No Te Mereces mentiras e indiferencia.

    Besitos y un par de achuchones de esos que reconfortan =P (si me dejas xD).
    =^.^=

    ResponderEliminar