domingo, 10 de julio de 2011

Varias cosas.

Alguien me paró en el super el otro día.
No te conozco, me dijo, sólo de vista, pero he leído tu libro y me ha encantado.
Y es cierto que no nos conocemos, sólo de vista como bien dijo, trabajamos en el mismo edificio pero nunca lo hemos hecho juntas. Tú le regalaste mi libro, se lo has regalado a todos los que trabajan contigo, dices que estás orgulloso de mi, aunque no se lo digas a nadie. También son muchos los que no han dicho ni mu, quizá porque si me conocen y piensan que podrían herir mis sentimientos. También hay quien pregunta si estoy escribiendo otro, ¿otro?, quizá nunca mas consiga escribir algo que pueda leerse y entenderse.

Y por otro lado...

Me llamas, y eso me hace feliz. Dices que estas deseando volver, que quieres verme, y eso, me hace feliz. Volverás con la luna llena, y la miro cada noche como sin con eso pudiera hacerla crecer. Y te cuento que quiero ser la brisa que te toca al anochecer, o el mar que te envuelve cuando te sumerges en él, que quiero que cuentes las olas, para que sepas... para que sepas... cuanto te quiero. Y eso, te hace feliz.

Y por otro...

Me quedan diez horas de trabajo, un turno de noche, y después... durante un mes, seré libre. Libre de no ir a trabajar, el resto de mi vida, seguirá igual. Comencé a escribir aquí casi con las vacaciones del verano pasado. Ese verano trajo a mi vida algo de lo que ya me había casi despedido, trajo amor, y ese amor sigue en mi vida, con todas las mismas dificultades que tuvo en su comienzo, no, con algunas mas, pero como tú bien dices... a pesar de los problemas seguimos aquí, muchas parejas no aguantan tantas complicaciones, eso será que nos queremos de verdad, no? Y sí, será eso, que nos queremos de verdad o que soy testaruda y cabezota, que me niego a ver la realidad y huyo de ella como del mismísimo diablo, que para eso me subo bien alto en las nubes donde no puede alcanzarme, la veo, sé que está ahí, sé que no desaparecerá, pero... en las nubes, se está bastante bien. Mis circunstancias me alejarán de ti en algún momento durante mis vacaciones, igual que las tuyas te han alejado de mi. Ha llegado el momento querido, de que sin querer, te de a probar de tu propia medicina. Puedo asegurarte que es amarga, que cuesta tragarla, que nada te quita el mal sabor de boca, que te roba el sueño, el hambre y la sed, porque a ratos, simplemente, te quita las ganas de vivir. Pero créeme, nos queremos de verdad, lo soportarás. Aguantarás los días sin saber nada de mi, y la cabeza te dará mil vueltas pensando... pensando si no me habré olvidado de ti.
¿Suena vengativo? No, es sólo que quiero que de vez en cuando cariño, te sientas en mi piel.
Y el verano, terminará por pasar.

Aunque, quién sabe si no será peor lo que está por llegar...

Ese bache, ese obstáculo que había que salvar.... aún andamos en ello, pero creo, que es a mi a quien mas le está costando salir de él. No quiero, no quiero, aún no quiero preguntar, aún no...

3 comentarios:

  1. Oyes, pinta bien el panorama.

    Creo que mereces la enhorabuena.

    Eso.

    ResponderEliminar
  2. A veces hay que probar la distancia para saber cuánto duele y apreciar mejor el valor de la compañía. O quizá es que casi tod@s tenemos ese pequeño e instintivo espíritu de venganza.

    ResponderEliminar
  3. También puede ser mejor lo que esté por llegar, ¿por qué no? Pásalo bien e intenta desconectar.
    Besitos.

    ResponderEliminar